lunes, 30 de marzo de 2009

En el mundo de las actrices

"Para Piotr Eva era, ante todo, un modo de renovar su contacto con el teatro. La atmósfera de irrealidad y de magia, el olor a maquillaje, los vestuarios, detrás de cuyas puertas se veían, a la cruda luz eléctrica, unas espaldas desnudas o unas piernas. Chismes, rivalidades, todo aquello adquiría para él un valor excepcional quizás por ser un mundo aparte en el que podía refugiarse. Gracias al teatro volvía a encontrar una cierta permanencia, una ligazón con el pasado. A pesar de sus deseos de abolir una gran parte de ese pasado, admitía su época teatral como una época aceptable. Sin embargo, esta continuidad la turbaba alguien cuya presencia era para Piotr un recordatorio vivo de la fuga de los años. Teresa se había casado y tenía un hijo. Cuando volvieron a verse se examinaron con detenimiento. A ella no le había cambiado el tipo: sus piernas largas seguían bien torneadas, pero los senos -que siempre los había tenido proporcionados- eran ahora demasiado grandes. Tenía arrugas alrededor de los ojos y unos mechones blancos.

Cuando Piotr estaba sentada en casa de Teresa, y ella buena ama de casa y siempre maternal le servía la sopa, Piotr sentía con intensidad lo extraño de la existencia. El era el mismo y, sin embargo, distinto, y Teresa seguía siendo la misma, aunque era también diferente. Antes de la guerra, cuando Piotr iba al teatro a verla, actuar, sus emociones artísticas se mezclaban con un orgullo un poco absurdo de macho. Desde la oscuridad de la sala seguía el paso enérgico de Teresa bajo el disfraz de reina shakespereana o en un atavío de la época romántica, aquellos de la cintura tan alta. El verdadero misterio del teatro era para él la fusión de lo hierático con lo indecente, fusión en la que veía también el secreto de los seres humanos capaces de crear poemas y filosofías en medio de excrementos y menstruaciones. Nunca había sentido con tanta fuerza como una noche -a primera hora-, en que, a causa de una mudanza, no tenían donde pasar un rato antes de ir ella al teatro. Estaban en los bulevares, a la orilla del río, y, movidos por u súbito deseo, se habían amado contra la baranda de hierro. Una hora más tarde, le llegaban a Piotr el ritmo noble de los versos declamados por su amiga y sus movimientos majestuosos de heroína trágica; lo cual le parecía el contraste supremo, un desafío a lo biológico y un triunfo del artificio puro propio del arte. La amistad de Teresa le era valiosísima al cabo de estos años: fraternal, sin estar exenta del todo de los recuerdos eróticos que surgían en ciertos matices de la voz, en un pliegue de los labios y otros movimientos casi imperceptibles. Piotr podía hablarle de todo, mientras que Eva tenía que conformarse con un silencio indulgente o abstraído".

De "El Poder Cambia de Manos", escrito por Czeslaw Milosz

domingo, 29 de marzo de 2009

Calling occupants of interplanetary craft

No son días estos en que las cosas me sean fáciles. Sin embargo, soy consciente que para las personas estoicas, aquello que a mi me cuesta, ellos lo absuelven como si nada, que estos problemas que a mi me absorben pueda que ni tengan sustancia para ellos. Pero no conozco tantas de estas personas, conozco muy pocas en realidad. Sólo los grandes pero grandes desafíos los ponen verdaderamente presentes en la justa. No disponiendo de muchos recursos para sobrellevar los días con demasiado contento, ni siendo una de las estrellas estoicas de la fuerza interior, haré una llamada a uno de los ocupantes de una nave interplanetaria.

Señales de llamada a Nave Orión-7:
Eras muy chiquita cuando ocurrió lo de tu papá. Es algo que no ha podido sino rebasarte en el momento. Nada parecido me ha ocurrido en la infancia, una vez un auto atropelló a mi hermano Aldo (mi hermano con el que andaba de arriba para abajo), lo hizo volar media cuadra por la Avenida Petit Thouars, y mientras volaba se me hizo tal vacío violento en el estómago, y angustia, e impotencia, y no lo podía creer, me debatía y rebanaba los sesos de incredulidad y angustia porque era mi hermanito, mi hermanito querido, corrí asustado a contárselo a mi mamá, y después seguí con la sensación de alarma e inseguridad, todos los objetos y las personas me parecían indiferentes a la gravedad de lo que ocurría, corría por las calles de San Isidro para llamar a mis papás, llegué a la casa, subí al tercer piso donde quedaba el departamento, siempre recuerdo el macetero que había en el primer piso, rojo, y ese día lo veía incrédulo, rojo, después vi el cemento en un pasadizo que daba a pequeñìsimos obeliscos (estos daban a la calle Tacna, en el Agrupamiento), me senté y dirigí la vista a la puerta de emergencia del hospital de la FAP. El accidente de mi hermano no fue grave, su maletín, colocado sobre su cadera y parte de la espalda, lo había salvado, y en la cadera le había quedado un coágulo de sangre. Traté de pensar en ti a partir de eso, de esa experiencia con mi hermano, el espacio interior que tuvo que formarse luego de lo que pasó con tu papá, unos pensamientos van sobre otros, otros van sobre otros sin que encuentres algo como una respuesta, sólo preguntas y grandes dudas acerca del sentido de todo, e imposible comentar mucho con los demás una cosa así, y luego la incertidumbre, y el rechazo que se le puede llegar a tener a la incertidumbre cuando se la siente a plenitud. Y también la sorpresa, una sorpresa que lo llena todo de vacío. Respecto a que no recuerdes casi nada o nada de esa época, creo que tienes que verlo como una forma de respuesta, de economía de la mente. Puede ser que estés bloqueándolo todo y después de todo, puede que recordar las cosas no sea algo muy sano en realidad, hay quienes piensan que recordar necesariamente tiene que aliviar y yo lo dudo, en cambio. Recordar podría generar desequilibrios posteriores o recién lo que sucedió entonces los esté generando ahora (todo es tan hipotético en el mundo de las cosas subjetivas que aparecen de pronto en nuestro interior sin señal previa), pero tengo la impresión que también el olvido puede generar que te encuentres ahora más libre, y que una vez tapiado cualquier acceso a ese pasado, puedas volverte a las cosas con más entrega, y te encuentres más contenta, más entregada al presente. También pienso que la inercia que tengo y que siempre te menciono es producto de un bloqueo, pero lo que pasa es que sí lo concibo como una limitación. Pero en tu caso puede que no, ¿o es que recordar siempre nos hace más felices?, que más bien sea un "bloqueo bueno", sólo tú puedes conocer tu ritmo, lo que priorizas internamente, y lo que separas y pones a distancia, ya sé que esos recuerdos se han ido y han dejado paso sólo a un vago recuerdo de las sensaciones que tuviste ya posteriormente, se han ido sin que hubiera una intención de que se fueran, el verdadero hecho se fue y quedaron las sensaciones de los dos o tres años posteriores al hecho mismo, y esas sensaciones sólo son un espejo brumoso, el espejo brumoso todavía de las verdaderas sensaciones que sí fueron el reflejo mismo de lo que pasó. Pero hasta aquí es que puedo decir algo, especulaciones, especulaciones que tal vez no tengan el menor sentido, pero que no sé porqué extraña razón, todos necesitamos escuchar de otros para buscar tener claridad en nosotros mismos.


Todo esto lo he ido pensando en uno de mis insomnios (que son minúsculos frente a los insomnios "tipo Cioran", que duraban meses enteros según él cuenta), y también, conversando de este tipo de cosas que se remontan a la infancia, he ido pensando en lo importante y desconocido para mi que fue la separación de nuestra familia de Justina, una empleada que tuvimos en Piura y Cajamarca. No sé cómo nunca había reparado en el asunto, porque quizás muchos de mis procesos anímicos de la infancia están ligados a ese momento, al momento que tuvo que dejarnos cuando nos vinimos a Lima. Fue un momento desgarrador y Justina lloraba desamparadamente. Era como otra madre nuestra y nosotros estábamos chiquititos. Lo que me ha contado ahora mi mamá es que Justina era de Santo Domingo, un caserío de la sierra de Piura, y allá tenía a su papá, que era sastre. Que de lo que mi mamá le iba pagando como empleada ella lo iba juntando, para comprarle una máquina de coser a su papá, y cuando la compró la tenía en nuestra casa de Piura, cerca de Castilla. Era una máquina de coser linda, suavecita, tenía hasta elegancia -dice mi mami. Era Singer, una máquina de coser Singer, y cuando fue de vacaciones a Santo Domingo se la llevó a su papá. Después me estuvo contando que una época vivimos en un pueblo de Piura, se llamaba Palambla, creo. Y ahí había un huachimán (mi papá era el Jefe de Caminos de la Departamental), y el huachimán siempre le traía manos y manos de plátanos a mi mamá, y le dejaba otros para Justina, porque parece que el huachimán estaba interesado en ella. Pero ella ni bola, nada que ver. Bueno, te extraño, ya sabes.

jueves, 26 de marzo de 2009

Un hiperlugar común, y sin embargo, muy necesario

Me encanta esta versión. Canción para Nieves.

martes, 24 de marzo de 2009

Desafinada balada para mi muerte

Estos videos han sido extraídos o importados de la curiosidad de Daniel Freidemberg, que ha tenido la generosidad de exponerlo a sus amigos en la red social Facebook. Cómo me gustaría transcribir sus palabras, la admiración que muestra por Mina.



Reuniendo las cosas-Un pedacito de Sin Compasión

Adriana, otra vez en una mototaxi, y en una actitud frenética

Gracias a Martín Maletta, quien filmó este video junto a Juan Manuel Calderón y a Giovanni Ciccia, vemos a Adriana otra vez en una mototaxi, como en Zorritos, pero en Actitud Frenética. Gracias, Martín.

lunes, 2 de marzo de 2009

Buscando explicaciones en otras voces

De pronto me doy cuenta o más bien siento que sí, que claro que nos entendemos, y no es que antes no lo haya sabido, es simplemente que no sé, a veces me da por preocuparme y pensar si estamos haciéndolo de la misma manera, si hablamos de lo mismo o de si lo hacemos en el mismo tono, y aunque eso que más da, igual me entra la duda y me da por pensar, que ésto es un tremendo malentendido que va a joderlo todo, como esa vez, te acuerdas? (a mi ya se me había olvidado pero ahora que te escribo, lo recuerdo). Siempre llega un punto en el que me cuesta relacionarme, como una bifurcación en la que hay que elegir y opto por la simpleza total, en la más sencilla de sus maneras, sin prestarle atención, o al menos no más de la necesaria al otro, o por Dios sabe qué, y si paso de ahí, siempre termino en una situación en la que no sé qué decir porque siento que todo se confundió precisamente por estar hablando...como lo estoy haciendo ahora, creo. Pero es que no conozco otra forma de decirlo.

Creo que lo único que estoy tratando de decir es que tus cartas son lindísimas, siempre está en ellas la certeza de que no ando por ahí creyendo huevadas. Por lo menos, no sola.

Hoy me he sentido de vacaciones, me levanté a la una, fui al cine a las tres, de ahí a comer comida china con tres amigos y una pareja divertidísima que no conocía, y como terminamos de comer a las ocho, y el día no nos había bastado, caminamos a la sala de cine más cercana y entramos a ver otra película, cada uno sentado en la butaca de su preferencia y después el tren a casa. Precioso.

Cómo está tu papá, cuéntame qué más dice.