Una canción para Giuli (1970-2007)
(Carta escrita a bordo del Eladia Isabel, buquebus
que partiendo de Puerto Madero, Buenos Aires, surca
el Río de la Plata hacia Colonia del Sacramento,
en el Uruguay. Marzo del 2003)
En realidad no me creo uff como dice Fiore, no me creo nada. Más bien te extraño como eras de chiquita. Ya no te voy a ver en Buenos Aires porque me voy el 12 a Lima y tú llegas un poco después. Eras más dulce que F., venías corriendo con la cara llena de gotas de mar, el pelo mojado, y se te iba la respiración y no podías contar lo que deseabas contar: si habían salido los pescadores en sus caballitos de totora muy temprano, al amanecer, u otra cosa que había sucedido en la playa. Alguna de las maldades del Richard, el Oki y el Richard. Pimentel.
Puerto Pimentel: cuando te estás bañando en el mar en un momento puedes desorientarte pero vuelves a poner todo en orden por el muelle que siempre aparece atrás. El muelle larguísimo. Hace poco estuve en Pimentel, de paso por Chiclayo porque me iba a Colombia. En Bogotá vas vagando por los parques que son como colinas, verdes-verdes, los puentes siempre tienen encima un militar para que los cuide (la situación colombiana no es de las mejores), entonces caminas la ciudad como entre colinas, desde las busetas -las combis de ellos-, te miran, cuando menos lo piensas entras a un cine. A mi me tocaron unas películas sumamente raras, no me parecieron buenas, me parecieron estúpidas y raras.
Sólo recuerdo una escena en que Penélope Cruz bailaba sola en su habitación, estaba vestida con un terno blanco y bailaba una canción de los 70s. Kung fu fighting. He visto a K.B. en Chiclayo y está más cajón, ancho y musculoso por lo del gimnasio. Aquí me he llevado bien con Gabriel y Fiore, muy rápido hemos vuelto a tener el sentido de la familiaridad. Ella es mi prima y yo soy su primo. Ella está en cinta. El otro día me quedé dormido viendo las noticias de la guerra con Irak ahí en su departamento de Belgrano, me quedé seco por el ritmo del trabajo que llevo en Buenos Aires. Estaba el Borbon, el perro pachón que Buenos Aires adora, porque no sé qué le pasa a Buenos Aires con los perros, todos se detienen a hacerle cariños, es el primer hijo, dice Fiore. Me quedé jato entre las 9 y las 11 de la noche, y ella dijo que normal, que así había descansado. Fue involuntario, me quedé dormido de cansancio.
No nos vamos a ver porque me voy el 12, vienes a acompañar el parto de Fiore, y yo no voy a ver nacer tampoco a la nueva niña de la familia. Te escribo esto desde el barco que me está llevando a Colonia en el Uruguay, el Eladia Isabel, que es fichazo, tiene las barandas doradas y el Río de la Plata es marrón, de aguas turbias, qué extraño sentir que todo el horizonte está sucio...Me dice Fiore que conoces...En cierto sentido, te estoy escribiendo a ti y a Pimentel y a todo eso. F. y K.B. dicen que eres la mar de divertida, que siempre te estás moviendo de un lugar a otro. Que tienes 4 hijos de los que vi la foto en Chiclayo cuando fui a La Cabaña, que cuando te agarran colerones tienes un carácter muy fuerte. Yo ahora estoy yendo por todos los países de America Latina, entrevisto escritores y poetas. Ayer vi a Diana Bellesi, que es como la mamá de todas las poetas argentinas. Qué rato más grato. Y cuando se enteró que yo había nacido en Piura dijo: "Uuuuuuuuu. Las playas de la costa norte de Perú. Qué hermosas. Qué atardeceres. Qué envidia de ustedes los peruanos". Desde ya estás invitada si quieres ir a pasear por la Ciudad Luz o hacer turismo. Si quieres venir a París, lo que te de la gana en realidad porque eres mi prima y tienes derecho a todo igual que Fiorella. Ella se burla porque dice que escribo como escritor. Eres mi prima, la hija de mi tío Kiko, la misma que corría con el pelo empapado, y está claro en mi memoria bajo el sol de la mañana el barco encallado, el malecón, los pescadores vendiendo mojarrillas, las gaviotas estacionadas en el cielo y los carreteros, esos cangrejos naranjas que corren veloces como arañas en la resaca de las olas.
que partiendo de Puerto Madero, Buenos Aires, surca
el Río de la Plata hacia Colonia del Sacramento,
en el Uruguay. Marzo del 2003)
En realidad no me creo uff como dice Fiore, no me creo nada. Más bien te extraño como eras de chiquita. Ya no te voy a ver en Buenos Aires porque me voy el 12 a Lima y tú llegas un poco después. Eras más dulce que F., venías corriendo con la cara llena de gotas de mar, el pelo mojado, y se te iba la respiración y no podías contar lo que deseabas contar: si habían salido los pescadores en sus caballitos de totora muy temprano, al amanecer, u otra cosa que había sucedido en la playa. Alguna de las maldades del Richard, el Oki y el Richard. Pimentel.
Puerto Pimentel: cuando te estás bañando en el mar en un momento puedes desorientarte pero vuelves a poner todo en orden por el muelle que siempre aparece atrás. El muelle larguísimo. Hace poco estuve en Pimentel, de paso por Chiclayo porque me iba a Colombia. En Bogotá vas vagando por los parques que son como colinas, verdes-verdes, los puentes siempre tienen encima un militar para que los cuide (la situación colombiana no es de las mejores), entonces caminas la ciudad como entre colinas, desde las busetas -las combis de ellos-, te miran, cuando menos lo piensas entras a un cine. A mi me tocaron unas películas sumamente raras, no me parecieron buenas, me parecieron estúpidas y raras.
No nos vamos a ver porque me voy el 12, vienes a acompañar el parto de Fiore, y yo no voy a ver nacer tampoco a la nueva niña de la familia. Te escribo esto desde el barco que me está llevando a Colonia en el Uruguay, el Eladia Isabel, que es fichazo, tiene las barandas doradas y el Río de la Plata es marrón, de aguas turbias, qué extraño sentir que todo el horizonte está sucio...Me dice Fiore que conoces...En cierto sentido, te estoy escribiendo a ti y a Pimentel y a todo eso. F. y K.B. dicen que eres la mar de divertida, que siempre te estás moviendo de un lugar a otro. Que tienes 4 hijos de los que vi la foto en Chiclayo cuando fui a La Cabaña, que cuando te agarran colerones tienes un carácter muy fuerte. Yo ahora estoy yendo por todos los países de America Latina, entrevisto escritores y poetas. Ayer vi a Diana Bellesi, que es como la mamá de todas las poetas argentinas. Qué rato más grato. Y cuando se enteró que yo había nacido en Piura dijo: "Uuuuuuuuu. Las playas de la costa norte de Perú. Qué hermosas. Qué atardeceres. Qué envidia de ustedes los peruanos". Desde ya estás invitada si quieres ir a pasear por la Ciudad Luz o hacer turismo. Si quieres venir a París, lo que te de la gana en realidad porque eres mi prima y tienes derecho a todo igual que Fiorella. Ella se burla porque dice que escribo como escritor. Eres mi prima, la hija de mi tío Kiko, la misma que corría con el pelo empapado, y está claro en mi memoria bajo el sol de la mañana el barco encallado, el malecón, los pescadores vendiendo mojarrillas, las gaviotas estacionadas en el cielo y los carreteros, esos cangrejos naranjas que corren veloces como arañas en la resaca de las olas.
1 comentarios:
Guau amigo, que hermoso texto... No jodas que ya no está por aquí...q rabia. Muchas gracias hermano por este texto.
Abrazos marinos, K.
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