sábado, 9 de agosto de 2008

Loco por los libros

Estoy por viajar a Cuzco. Acabo de leer lo que ha escrito Emilio (uno de los mellizos Cazorla) y me parece increíble. Que un pata de mi barrio de infancia haya leído lo que escribí sobre Barboncito. Tanto extraño Barboncito. Y bueno, esta mañana estoy loco por los libros. Por suerte, en Lima les puedes sacar fotocopias a libros enteros, cosa que hoy fotocopio el libro de Gilles Deleuze sobre Foucault, y el de Didier Eribon que establece todas las correlaciones entre Foucault y Lévi-Strauss y Georges Dumezil. Acabo de escribir un artículo en La Industria de Chiclayo sobre las ideas de Claude Lévi-Strauss, y el otro día hacia las 3 de la mañana estaba enloquecido con el libro de Luis Abad sobre Lévi-Strauss, las críticas que a Lévi-Strauss dirigía Mary Douglas.

Sé que Mijail Bakunin se quedó desvelado leyendo a Hegel toda la noche cuando lo descubrió, yo no seré Mijail Bakunin, pero me parece que me quedo desvelado leyendo muchas noches, sino a Roberto Calasso sobre Kafka, o las novelas de Louis Aragon, que son tan entretenidas.

Como nunca en este blog he demostrado esta locura lectora. Va siendo momento, ya que de cualquier modo, después la pasamos bailando entre pisco sours Catedral en la barra del Hotel Bolívar, y el espectáculo es tan ridículo, tan ridículo (y tan feliz), mientras N. suelta todo su encanto elevando por los aires al Waldir (el Waldircito, tan genial niño puneño y peruano como una papita rellena)
y tocan por quinceava vez California Dreamin...que después que pasamos todo eso, digo, ya no importa darse a conocer un poco más. C'est tout.

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