sábado, 14 de febrero de 2009

The End

Siento que ha acabado una época de mi vida, que lo ocurrido en los últimos meses hacen un todo compacto de sucesos, pensamientos, presencias, y que todo eso ha terminado. Es más, viviendo ahora en casa de mis padres tengo precisamente las actitudes de quien ha finalizado un período de su vida: todas las mañanas estoy en el patio lavando ropa, casi sin ningún pensamiento, restregándola, escurriéndola, paso horas diariamente en ésto del lavado, dejando el chorro de agua sobre una pequeña batea verde (ya le tengo cariño a esa batea, hay otras de otros colores pero prefiero la batea verde), yendo al baño a botar el agua cuando ya está sucia para llenarla nuevamente. También, a veces, me da por escuchar el sonido lento de los burbujeos del agua tal como si estuviera en una película de Tarkovski, sin ninguna impaciencia, viendo como una tranquilidad mayor se va acentuando en mi. Y también tomo duchazos larguísimos, larguísimos (va a subir la cuenta de la electricidad porque prefiero hacerlo con agua caliente a pesar del verano limeño), y luego voy a mi cuarto a ver papeles y papeles, siempre los que me enorgullecen son los papeles en que escribo sobre las pequeñas localidades como Sicuani, Espinar, Santo Tomás, en las provincias de Cuzco. Aparecen esos papeles pero aparecen otros en que de pronto encuentro escritos de amigos tan antiguos, u otros mios en que tengo copiadas las cosas que me comentaban, como un amigo que sale al desayuno después de una noche de amor en casa de sus padres, y cuando regresa a su habitación ve a la chica desnuda sobre su cama: el culo totalmente levantado y grande, su rostro dormido contra la almohada, los pezones en punta y como parados. La piel blanca, muy blanca, y pigmentada de lunares muy marrones.

Y también voy leyendo libros como quien se toma vasos de agua. Terminé "El olor del heno" de Giorgio Bassani, y también avanzaba raudo con "La Garza" (del mismo Bassani, "El olor del heno" es de 1972, y La Garza de los 60s) , en el caso del primer libro mi identificación ha sido grande, el arte de la evocación en un relato como "Cuero graso" plenamente logrado...y después me ha alegrado que el libro de Giorgio Pullini sobre la narrativa italiana de posguerra tenga una amplitud que en la primera lectura no había percibido: me había centrado en el capítulo sobre Pavese, pero ya explorando he ido leyendo las opiniones de Pullini sobre "La noche del 43" (también de Bassani...para quienes quieran recordar algo de Giorgio Bassani, él es el autor de "El jardín de los Finzi Contini", y su temática está casi ceñida a las experiencias de las minorías judías en Ferrara, en la Emilia-Romaña italiana). Bueno, pero como digo, estoy leyendo libros como si fueran vasos de agua, porque también he leido "Fahrenheit 451" de Ray Bradbury, muy intenso relato, pero que después de todo, me parece que sus metáforas se cierran en el argumento, que no vuelan demasiado. En realidad, como bien leí en alguna parte, la ciencia ficción ha marcado civilizatoriamente a Occidente a través de las películas de adaptación que se han hecho, pero los libros mismos de Philip Dick, Arthur C. Clarcke, no son tan de consideración.

El fin de una época tiene su lado triste, que tiene sus sonidos y resonancias en mi interior, pero oyendo el burbujear del agua en la batea, un sonido muy puro y claro, todas esas resonancias se van perdiendo en una bruma desconocida.

1 comentarios:

Blogger Juan Javier ha dicho...

Pablo,

Este y otros textos me gustan como para incluirlos en una seccion de la WEB del SEN que creo que va a terminar llamandose: "Ficciones de antropologos":
http://corinto.pucp.edu.pe/sen/taxonomy/term/8

Podrias escoger un texto tuyo para incluirlo en esta pagina?

Por favor, mandamelo a: jjriveraandia@hotmail.com

un abrazo,
jj

5 de marzo de 2009, 0:54  

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio