miércoles, 7 de octubre de 2009

Voy en tren, voy en avión

Al fin salgo a la calle y al fin las pruebas médicas aseguran que estoy recuperándome. Debo tener controles cada semana pero acaba de decirme el médico que salvo fumar, puedo comenzar a llevar una vida normal, poquito a poquito pero puedo salir a la calle, puedo relacionarme con otras personas, puedo bañarme en el mar, puedo beber vinos con los amigos, puedo ir a Granada y habitar mi casita de B. y sobre todo, desde ahora mismo declaro inauguradas mis vacaciones, sensación que no recuerdo haber vivido desde la época del colegio y que al fin, pasados más de 20 años creo que lo merezco. Y no tanto para recobrar la salud como para dedicarme a buscar una causa, una razón lo suficientemente pesada y vasta que me permita visualizarme libre de adicciones...Sé que debo ponerme una fecha tope, de hoy a un mes, aunque sería maravilloso que me esperases en Lima y viajásemos juntos a Cuzco para disfrutar el equinoccio de invierno en Tres Cruces, tomando bajo la manta, esperando el amanecer màs bonito del mundo... Debe ser una maravilla.

Y sabes que tras dos meses de encierro total me parece absurdamente difícil regresar a la vorágine de la vida y las gentes. Estoy tan bien escondida, artificialmente sedada, ajena a todo y respetada en mi silencio. Estoy tan bien sin estar, sin ser para nadie ni ser para nada. Es tan egoístamente placentera la noche cuando cae tras un voluptuoso dia de silenciosa soledad, y te recuestas con un libro sin saber cuando te dejarás vencer por el sueño, cuando decidirás que está bien por hoy y decides que habrá un mañana. Basta cerrar los ojos, dejar pasar un par de horas y dicen que ya es otro dia.. Y según esta teoria, las noches dan paso a los días, y éstos se abren y mueren en los amaneceres, el morir de uno implica el nacer de otro, de otro día, de otro día, olvidando el pasar de una noche a otra.. Cuántas noches han pasado desde que no nos vemos? ¿Cuántas han sido las noches relegadas al olvido provocado por la luminosa aceptación del reinado de los dias en la aventura del tiempo?. Siempre he sentido al tiempo como mi aliado, ajeno a límites y a conceptos. El tiempo me acompaña, dice hacerlo, pero se adapta realmente a todos mis deseos. Y así puedo decir que para mi no ha pasado ni un solo día desde que me quedé sin respiración en Cuzco pasando una terrible mala noche, pues desde entonces todo ha sido un largo día sintiendo el día mayor que la noche.

Y si en estas nos planteamos los deseos, me resulta egoísta acoplarlos , incrustarlos en el tiempo, pero olvidando la inmediatez (desde siempre), sabes?, simplemente poder caminar, hablar, mirar la calle, saber que estás ahí. Y ahora continuaré adentrándome en la vida. Estos días soñaba con un paseo marítimo cargado de gente moviéndose rápido unos y lento otros, en todas direcciones sin llegar a formar tumulto sino un pasar de gentes. Y era la vida, yo la miraba sorprendida de todos esos que acudían al paseo siempre cargado de gente. Creía que eran sueños premonitorios y que me hacían entender que era la vida, la simplicidad del camino para así poder abandonarlo tranquilamente. Ahora no sé si ir a una fiesta en un chiringuito de la playa que celebra el cumpleaños del novio de R.. De repente salir, gente, barullo....de repente estar ahí, en la calle, con todos los demás tras estos dias de absoluta soledad...no sé. Buenas noches.


(Carta que me escribieron en junio del 2002).

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